Otras vez vienes a hablarnos del mundo
como si no lo hubieras hecho cuando la palabra nos unía
como si trajeras en tu espalda todo su peso
¿Hasta dónde llega tu culpa?
No creemos que tu alma pueda medir con exactitud los abismos
ni la cuerda que te mantiene rimbombante sobre las piedras
Tu rostro de crueldad está desdibujado
como la montaña que cae derramada al suelo
aunque por dentro continúa intacto tu fuego destructor
Otra vez vienes a hablarnos del mundo
cuando nosotros sólo aguardamos la noticia
de que tu nombre es finalmente atravesado
por una flecha disparada desde la tierra
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